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Tradicionalidad discursiva y variación morfosintáctica en la prensa económica de la Ilustración española.

Méndez Orense, María ; Carmona Yanes, Elena
In: Zeitschrift für Romanische Philologie, Jg. 139 (2023-03-01), Heft 1, S. 88-123
Online academicJournal

Tradicionalidad discursiva y variación morfosintáctica en la prensa económica de la Ilustración española 

During the second half of the eighteenth century, the consolidation of the periodical press and the circulation of the Enlightenment ideas in Spain led to the creation of a new type of informative discourse that began to deal specifically with economic matters. The Spanish financial press combines at least two types of textual traditions. If, on the one hand, the economic issues evoke the memoirs published by arbitristas and proyectistas in the seventeenth and eighteenth centuries, their textual organization follows the model of the eighteenth-century periodical press. These diaries constitute a channel for the development of linguistic elaboration processes that took place in the sphere of communicative distance during the formation of early modern Spanish. We have selected two newspapers on this subject, the Semanario Económico and the Correo Mercantil de España y sus Indias, to provide new data about the morphosyntax of Spanish throughout the second half of the eighteenth century. The phenomena analyzed are: §2 the distribution of subjunctive and conditional verbal forms; §3 the pronominal enclysis; §4 the use of the passive and constructions with se; §5 the syntactic structure en + gerund and §6 the relative clauses.

Keywords: economic press; eighteenth-century; proto-journalistic texts; discourse traditionality; morphosyntactic variation; history of journalistic discourse; modern Spanish; prensa económica; siglo XVIII; textos protoperiodísticos; tradicionalidad discursiva; variación morfosintáctica; historia del discurso periodístico; español moderno

Nota Esta publicación es resultado del proyecto de I+D+i PGC2018-097823-B-I00: «Tradicionalidad discursiva e idiomática, sintaxis del discurso, traducción y cambio lingüístico en la historia del español moderno: prosa (pre)periodística/ensayística y literaria», que ha sido concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación (10.13039/501100011033) y FEDER «Una manera de hacer Europa».

1 Introducción

La prensa dieciochesca es un ámbito textual enormemente diverso para cuyo estudio lingüístico no resultan adecuadas las tipologías periodísticas actuales, ni tampoco la etiqueta monolítica de texto periodístico. Al mismo tiempo, apreciamos ya en ella una serie de características discursivas que son resultado del establecimiento de una periodicidad regular y de los modos de composición ligados a estas condiciones de escritura que nos permiten hablar de protoperiodismo más que de preperiodismo, o, simplemente, de la primera etapa del periodismo en lengua española. Aunque la existencia de una lengua (proto)periodística como forma de discurso especializado sigue, incluso en la actualidad, sujeta a debate ([45] 2020, 8–10), las dificultades que hemos señalado en las líneas precedentes no impiden abordar la descripción de los usos lingüísticos más característicos de un ámbito discursivo que puede ser, ya desde esta época, definido y tipologizado con precisión a partir del análisis de los textos.

A lo largo del siglo XVIII, se introducen en España distintos formatos periodísticos novedosos que incorporan en su formación diversas tradiciones y prácticas textuales, procedentes en gran medida de fuentes extranjeras ([46] 1938; [43] 1973; [79] 2007). En sus usos lingüísticos se reflejan preferencias que contribuyen a la elaboración de una norma culta más o menos alejada de lo literario, dependiendo del tipo de prensa, dada la «variedad e hibridación» ([81] 1991, 347) que, como ya hemos señalado, caracterizan al medio desde esta época, hasta el punto de que, en referencia a la redifusión constante de textos ya publicados, se ha empleado para los periódicos dieciochescos la calificación de patchworks ([52] 2014, 1).

Una de las modalidades más significativas es la prensa de difusión científica y técnica, entre la que pronto podremos encontrar publicaciones especializadas en asuntos económicos ([3] 2018). En el Siglo de las Luces, la economía estatal suscitaba el interés de un sector cada vez más amplio de la sociedad y la prensa especializada en esta temática (surgida a mediados del siglo XVIII) da cuenta de esta necesidad comunicativa a través de la difusión de corrientes de pensamiento y proyectos, en su mayoría procedentes del extranjero, que circulaban por las tertulias de las Sociedades Económicas de Amigos del País. La prensa económica fusiona (en primera instancia) dos tradiciones textuales diferentes (López Serena/Del Rey/Carmona 2020): por un lado, su contenido altamente especializado establece un vínculo formal con los ensayos económicos que fueron publicados por arbitristas y proyectistas en los siglos XVII y XVIII ([59] 2021). Por otro lado, su organización textual se asocia a la macroestructura propia de las publicaciones periódicas del siglo XVIII (Borreguero Zuloaga/Octavio [70] 2004; [55] 2012; [19] 2019a).

Puesto que la composicionalidad es un rasgo intrínseco, potencialmente, de cualquier tipo de discurso, a la hora de emprender el estudio evolutivo de los usos lingüísticos más frecuentes en un ámbito comunicativo dado, no podemos perder de vista el hecho de que, para que un corpus diacrónico sea útil, «es necesario establecer una base sólida que permita diseñar una clasificación de los documentos según las situaciones comunicativas que los han propiciado» (Clavería/Torruella 2015, 289). Para avanzar hacia esos objetivos, son numerosas las tareas pendientes en lo que se refiere a los textos periodísticos españoles producidos entre 1660‒1670 y 1830 (cf. [15] 2013; 2019 a, 26–37). Dentro del marco establecido por el proyecto Tradicionalidad discursiva e idiomática, sintaxis del discurso, traducción y cambio lingüístico en la historia del español moderno: prosa (pre‑)periodística, ensayística y literaria (PGC2018-097823-B-I00), daremos comienzo con este trabajo a una serie de artículos dedicados a este primer periodismo económico, en los que abordaremos sucesivamente cuestiones relacionadas con los cambios discursivos que experimentan estos formatos a lo largo del siglo XVIII y con la influencia más o menos directa que ejercen las distintas fuentes, principalmente extranjeras, sobre ellos. En esta ocasión, nos centraremos en las preferencias morfosintácticas para una selección de rasgos que se encuentran, como han mostrado Octavio de Toledo y López Serena en diversos trabajos, sujetos a tendencias variacionales de distinto tipo.

Los límites cronológicos que mencionábamos para una primera época del periodismo en lengua española tienen una correspondencia cercana con los observados para el llamado español moderno, «el periodo 1675‒1825, posiblemente articulado en dos grandes fases separadas por las dos décadas entre 1760 y 1780 (que actúan, así, a manera de parteaguas interno)» (Octavio de Toledo/[75] 2016, 31). Incluso pueden hallarse coincidencias para esa frontera central con hitos de la historia de la prensa española como la creación del primer diario de información local (el Diario noticioso, curioso-erudito, comercial, público y económico, en 1758, por Francisco Mariano Nipho), la introducción de las principales cabeceras de la prensa ensayística espectadora española (El Pensador en 1762 y El Censor en 1781), y, finalmente, la aparición del Semanario Económico y otros exponentes de una prensa especializada en información científica y técnica en torno a 1765.

Así, hemos conformado un corpus constituido por dos cabeceras publicadas con tres décadas de diferencia: el Semanario Económico (1765‒1767/1777‒1778) y el Correo mercantil de España y sus Indias (1792‒1808). Desde el punto de vista de la difusión de los contenidos económicos en la prensa ilustrada, estas dos publicaciones culminarían los dos períodos diferenciados (1758‒1771 y 1776‒1792) que [3] (2018, 199) propone demarcar. Desde una perspectiva lingüística, el Semanario Económico sería una muestra de un español de transición más cercano a la lengua clásica, mientras que el Correo Mercantil de España y sus Indias, posterior, debería seguir una norma más cercana a la lengua moderna (Girón 2008, 2252). Veremos, sin embargo, que no todas las diferencias que presentan ambas cabeceras pueden achacarse al factor diacrónico.

Aunque no es mucha la información disponible sobre los redactores de estos periódicos, los historiadores están de acuerdo en ciertos datos relativos a la autoría (Enciso 1958; Ocampo 2013; [3] 2018). El Semanario Económico fue publicado en dos fases distintas: su creador, Pedro Araus (anagrama de Saura), ejerció como redactor único hasta 1767, momento en que su edición se interrumpe. Más adelante, el Semanario reaparece en 1777 de la mano de Juan Bautista Biceu (anagrama de Cubié), solo durante un año. El Correo mercantil de España y sus Indias fue fundado a iniciativa de Diego María Gallard y Eugenio Larruga, pero fue muy pronto cedido a la oficina de la Balanza del Comercio. Ambos textos se editaban con una periodicidad fija: el Semanario se publicaba semanalmente y el Correo de forma bisemanal. En esta primera aproximación lingüística al corpus propondremos principalmente una exploración contrastiva de las dos publicaciones con el objeto de describir los rasgos macro y microsintácticos más significativos en relación con el estado (o los estados) de lengua de la época. Podremos mostrar algunas tendencias respecto a las preferencias para diversos usos morfosintácticos, que, en no pocas ocasiones, reflejan diferencias importantes entre la lengua del Semanario y la del Correo.

Los fenómenos seleccionados para el análisis son: §2 la distribución de las desinencias de subjuntivo y condicional; §3 la enclisis pronominal; §4 el uso de la pasiva y las construcciones con se; §5 el esquema en + gerundio y §6 las subordinadas de relativo. Como expone pormenorizadamente [3] (2018), tanto el Semanario como el Correo (aunque en mayor medida el primero) se nutren de manera sustancial de diversas fuentes textuales extranjeras, sobre todo francesas. Sabemos que el contenido del Correo bebía, en muchos casos, de las memorias presentadas en las Sociedades Económicas. También servía de vehículo de difusión de disposiciones legales (nacionales o extranjeras) relacionadas con el derecho comercial que se reproducen (a veces con una traducción) dentro del texto. Las fuentes directas se hallan, unas veces, claramente identificadas, pero no así en otras ocasiones. Por tanto, en la caracterización de la lengua de estas cabeceras y hasta que nuestras posteriores investigaciones nos permitan reconstruir todo este flujo de trasvases textuales, trataremos los datos con suma cautela: ante la posibilidad de extrapolar las conclusiones a la descripción de la lengua general o del discurso periodístico en su conjunto, no dejaremos de tener en cuenta que, en muchos casos, estamos ante textos traducidos o reelaborados en distinto grado a partir de fuentes redactadas en otras lenguas, o bien ante géneros discursivos de procedencia completamente extraperiodística.

2 Distribución de las desinencias -ra , -se , -re , -ría

La distribución de los morfemas verbales de subjuntivo y condicional -ra, -se, -re, -ría en distintos entornos sintácticos estuvo sujeta a importantes cambios normativos en el tránsito del español clásico al moderno.

La prensa económica mantiene el predominio de -se frente a -ra en subordinadas no condicionales, sobre todo en completivas y relativas, que son los tipos oracionales con una mayor representación. Sigue, por tanto, el uso propio de la lengua clásica y la tendencia conservadora que Octavio [67] (2016, 220) ha observado en las Aventuras de Antonio Muñoz (1739). En el Correo la proporción de -se en subordinadas no condicionales alcanza prácticamente la cifra del 100%. En el Semanario, ‑se es la única forma que aparece en las completivas, mientras que en las relativas y en las adverbiales circunstanciales, el empleo de cada variante está algo más equilibrado.

Tabla 1 Distribución de los morfemas de imperfecto de subjuntivo en oraciones no condicionales

Tipo oracionalSemanarioCorreo
-ra-se-ra-se
Completivas1015
Relativas4819
Temporales2
Modales111
Finales13
Concesivas121

En la siguiente tabla, hemos reflejado las cifras absolutas de aparición de cada variante morfemática en las prótasis de las oraciones condicionales:

Tabla 2 Presencia de las formas verbales de subjuntivo en prótasis condicionales

SemanarioCorreo
-ra-se-re-ra-se-re
10 (23,8%)7 (16,66%)25 (59,52%)4 (22,22%)13 (72,22%)1 (5,55%)

Lo que llama la atención en primer lugar es la frecuente aparición del futuro de subjuntivo en las prótasis de las condicionales del Semanario Económico, las cuales se combinan con apódosis (por orden de frecuencia) en futuro de indicativo, presente de indicativo e imperativo. Estos esquemas condicionales se intercalan frecuentemente en la relación de los objetivos potenciales que tendría el lector a la hora de aplicar las «recetas» descritas en los artículos del Semanario, así como de los distintos procedimientos que podría seguir para confeccionarlas (1, 2). Este tipo de operaciones discursivas no son tan habituales en el Correo, que, en todo caso, muestra una clara preferencia por las otras dos opciones morfológicas para estos contextos.

(1) [...] quitado yà el papel blanco, se le darà otra mano de terebentina, ò un barnìz de laca muy claro, y se pondràn encima panes de oro, de plata, ò de otros colores si se quisieren, iluminar los quales se veràn por el vidrio, y haràn que la estampa parezca gravada sobre oro, ò plata (Semanario, 16-05-1765, p. 43).

(2) No hay necessidad de abonarla; aunque si tubiere de sobra el estiercol, y quisiere echarselo, serà mucho mejor (Semanario, 25-04-1765, p. 19).

El esquema si tuviera, diera, que aún es predominante en las Aventuras de Antonio Muñoz para las condicionales irreales (Octavio [67] 2016, 220), no está representado en nuestro corpus. En su lugar, se opta por las variantes si tuviese, daría, presente en ambos textos, y, en el caso del Semanario, si tuviera, daría. Los textos analizados siguen, por tanto, «la nueva tendencia a favorecer el condicional en la apódosis [...] que encabezan Feijoo, Mayans, Luzán, Ulloa o Isla y que triunfaría en la segunda mitad de siglo» (Octavio [67] 2016, 220; cf. también Bartol 2006 a y 2006 b, 101). En oraciones principales y otras subordinadas no condicionales, el uso de -ría supera, con mucho, las cifras de -ra, que, en el Correo Mercantil, se conserva con perífrasis verbales (3‒4).

(3) Pudiera hacer tambien otros curtidos pero la falta de caudal se lo impide (Correo, 15-08-1793, p. 108).

(4) La obediencia de este vasallo, es un exemplo que debieran imitar todo aquellos que tienen disposicion de ser utiles al Estado [...] (Correo, 09-12-1793, p. 156).

Por último, como ya hemos indicado, el Semanario Económico permite constatar de forma inequívoca la pervivencia del futuro de subjuntivo en la subordinación (tabla 3): acumula el 80,32% de los ejemplos recopilados en ambos textos y se inserta en todos los tipos oracionales a los que estuvo históricamente asociado. Por el contrario, en el Correo Mercantil, la aparición del futuro de subjuntivo es menos frecuente, lo que respalda la idea de que el uso de -re como forma propia de un discurso elaborado se precipitaría en la segunda mitad del siglo XVIII (Herrero 2006, 942; [59] 2021, 429), si bien no se puede considerar aún una marca de extrema escrituralidad (cf. [16] 2019 a, 321–323).

Tabla 3 Presencia del futuro de subjuntivo en los distintos tipos oracionales

Tipo oracionalSemanarioCorreo
Sub. Relativa con antecedente117
Sub. Relativa sin antecedente107
Sub. Condicional (prótasis)251
Sub. Temporal2
Sub. Modal (no parentética)2

Como ya señaló [26] (1990), la sustitución del futuro de subjuntivo por otras desinencias verbales no se da simultáneamente en todos los entornos sintácticos en los que el primero podía aparecer: el retroceso fue más rápido en las circunstanciales, de las que solo hallamos cuatro ejemplos en el Semanario (dos temporales y dos modales) y ninguno en el Correo. Respecto a las oraciones condicionales, como ya hemos señalado, -re es una variante muy productiva en las prótasis del Semanario y, finalmente, el contexto sintáctico más resistente al cambio son las subordinadas de relativo (cf. [26] 1990, 404), ya sean libres o con antecedente expreso. En esta línea, más que el entorno sintáctico, nos interesa la «zona discursiva» ([50] 2015) en las que se mantiene esta desinencia verbal. Dentro del Correo Mercantil, el futuro de subjuntivo aparece sobre todo en la sección del periódico donde se anuncian ventas al público (5). En esta línea, [54] (2020, 316‒317) ya ha comprobado que el incipiente discurso publicitario del XVIII es uno de los entornos discursivos en los que la desinencia -re sigue manteniendo cierta vitalidad. En dicho contexto, la forma verbal se emplea con el fin de reconstruir una situación hipotética en la que se da una identificación inespecífica del receptor potencialmente interesado en la venta (quien quisiere/si algun sugeto quisiere). Este marco expositivo va seguido de una secuencia instruccional (acudirá/acuda) que constituye la segunda parte del texto publicitario ([14] 2011, 165):

(5) Compras, Ventas, Censos, y Arrendamientos.

MADRID. = Quien quisiere comprar una casa, sita en la calle de Santa Isabel, y de San Cosme y San Damian, número 7, manzana 18, que tiene de sitio 35.828 pies, con su agua de pie, cañerias, y depósitos, tasada en 1.405.812 reales, á dinero contado, ó á censo reservativo, entregando alguna parte; al que le acomode acudirá á la Escribanía del Número de Don Casimiro Antonio Gomez.

VALENCIA. = Si algun sugeto quisiere emplear 10 ó 20 pesos á carta de gracia, sobre tierras libres, en el lugar de Rivarroja, ó Villa de Benaguacil; acuda al Despacho principal del Diario de esta Ciudad. = A la Playa de esta Ciudad han llegado varias embarcaciones con carga de azero, suela, avellanas, azucar, cacao, batatas, sardinas, y otros efectos (Correo, 08-01-1795, p. 24).

Por tanto, en relación con este primer rasgo morfológico, nuestro corpus permite dar testimonio de un decrecimiento cuantitativo del recurso al futuro de subjuntivo a lo largo del siglo y de la diversidad de soluciones para el resto de combinatorias posibles de los morfemas analizados en los distintos entornos sintácticos.

3 Enclisis pronominal

La colocación de los pronombres clíticos en posición antepuesta o pospuesta a la forma verbal es otro de los fenómenos morfosintácticos sujetos a unas tendencias de uso que varían según la época y según otras características del entorno discursivo. La pérdida de la enclisis es uno de los fenómenos lingüísticos que separan el español medieval y clásico del español moderno. Sin embargo, este proceso de cambio no culminó, como en un primer momento se había pensado, a finales del siglo XVII (Girón 2008, 2250 y 2012, 34). Aunque la enclisis se va perdiendo desde la Edad Media, distintos estudios han demostrado que, en textos del siglo XVIII, la posposición del pronombre con verbo finito todavía se mantiene (y, en ocasiones, sigue siendo mayoritaria) en posición inicial absoluta o posición inicial tras pausa (Girón 2008, 2250 y 2012, 34; Octavio [67] 2016, 118).

La prensa económica del XVIII revela datos interesantes sobre este cambio morfosintáctico, ya que el empleo de la enclisis pronominal con verbo finito presenta diferencias destacables entre los dos textos analizados. La proporción de enclisis en posición inicial tras pausa del Correo (27,5%) alcanza una cifra que coincide con las Conversaciones de Ulloa (1795) (27%) (Girón 2008, 2250) y con el Hamlet de Moratín (28%) (Octavio de Toledo/[56] 2018, 276). Después de las conjunciones pero o y solo hay proclisis en nuestro corpus. Finalmente, en el Semanario todavía hay enclisis con el participio de un tiempo compuesto (cf. [40] 1983), una combinación que Girón (2008, 2250–2251) considera un «arcaísmo residual» a mediados del siglo XVIII.

Tabla 4 Distribución de la enclisis con verbo finito según el tiempo verbal

ObraPresente de subjunt.Presente de indicat.Pretérito indef.Futuro de indicat.
Semanario10/132/131/13
Correo5/2213/224/22

Los casos de enclisis con verbo finito en posición inicial de período son residuales (solo dos casos en presente de indicativo, <2%) en el Semanario Económico, salvo en combinación con el presente de subjuntivo, donde la posposición del clítico es lo esperable. Las formas de subjuntivo con valor de imperativo integradas en construcciones con se aparecen de forma recurrente en los números estudiados (6, 7, 8). Su acumulación conforma secuencias de naturaleza instruccional ([34] 2000, 143) en las que cada enunciado es encabezado por una forma verbal con función directiva que se yuxtapone a lo anterior. En este entorno discursivo, la enclisis de las formas de subjuntivo alterna por lo común con el empleo de la proclisis en los verbos conjugados en futuro de indicativo. No obstante, en un pasaje del Semanario, la enclisis se extiende también a un verbo en futuro (8).

(6) Los Arboles de Coral son de suyo tan hermosos, que pueden ser parte de adorno en qualquier Gavinete. Si no los huviere legitimos, y se quisieren contrahacer tan parecidos, que nadie los distinguirà a la vista: tomese de la mejor Pez rubia, que se encuentre; hagase fundir en un cacito de cobre, y por cada onza de Pez, se le echaràn dos dragmas de Cinabrio remolido por largo tiempo, en piedra de preparar: rebuelvase bien la mezcla; tomese despues un pincèl y pintense con la composicion precedente bien caliente las ramas de un Cirolero Sylvestre; à las que antes se le ha de haver quitado con mucha proligidad la cascara (Semanario, 11-04-1765, p. 7).

(7) Con estas miras ha dirigido sus experiencias, las quales vienen á reducirse á las siguientes.

Primera: tapense los oídos con pasta de papel: cuelguese de un clavo un relox: pongase un oído á dos lineas de distancia del relox; no se oirán los golpes del volante. Tomese seguidamente un cuerpo sólido, como un cilindro ó varita de madera, de pie y medio de longitud, y una ó dos líneas de diámetro. Toquese con el un extremo al relox, y con el otro á qualquiera de las muchas partes de la cabeza que propagan el sonido por contacto (1), como por exemplo á las partes ternillosas de la oreja. Se oirá el sonido mucho mejor que lo que se oiria con el oido destapado, si el cuerpo sonoro estuviese colgado en el ayre aun á menor distancia (Correo, 08-01-1795, p. 20).

(8) Tomese una onza de azogue, media de bismuth, de estaño, y de plomo de cada uno la quarta parte de una onza: dèse principio por fundir el estaño, y el plomo juntos; añadaseles luego el bismuth: en viendo que todo està bien fundido, pongase á enfriar un poco; porque si está muy caliente, al echar el azogue se exhala casi todo; y si está cuaxado, (por muy frio) no se reune, è incorpora el azogue, que se rebolverà con un palito: incorporese bien el azogue con las otras materias; y tomese una vola de vidrio crystalino, que quanto mas delgada es mejor, y que estè bien limpia por dentro: tendráse un embudo de papel, que se introducirá en la vola por un orificio que debe tener (Semanario, 18-04-1765, p. 15).

La enclisis en posición inicial se vincula a ciertas construcciones con se conjugadas en presente de indicativo que también asumen una función instruccional (9, 10). Con este tipo de construcción, no obstante, la proclisis es siempre mayoritaria.

(9) Se toma de esta Cal fina, y Fritte hecha con arena pura remolida, ò pedernal blanco bien remolido, y cernido con cuidado; de cada cosa cincuenta libras; de sal de tartaro bien blanco ocho onzas; mezclanse estas materias, y se ponen al fuego por diez horas en un puchero de barro nuevo bien cocido; sacanse de èl las materias; y despues de pulverizadas, se ponen en sitio seco, resguardadas de todo polvo; y esta es la materia, ò fundamento con que se hacen todos los Esmaltes (Semanario, 11-04-1765, p. 5).

(10) Metese esta agua en un matraz con la cantidad de oro que se quiere disolver, batido en hojas muy delgadas, y se pone el matraz sobre un baño de arena á un calor moderado. Si se ha echado demasiado oro y el agua regia ya no tiene actividad para disolverla, se decantará esta saturada, y se la dexará reposar por muchos dias [...] Echase encima agua pura, y se la agita con un tuvo de vidrio; despues se dexa que se apose, se decanta el agua, y se pone á secar el oro ó sobre un baño de arena, ó al ayre libre, teniendo cuidado de tapas la vasija para que no entre polvo (Correo, 28-07-1796, p. 475).

En el Correo Mercantil encontramos, por lo demás, ejemplos de enclisis con el presente de indicativo, no ya en pasajes de carácter instruccional, sino en secuencias descriptivas y expositivas encabezadas por una construcción de pasiva refleja o impersonal con se (11, 12). Para este contexto, el Semanario Económico utiliza de forma exclusiva la anteposición:

(11) Hallanse en esta País varias minas. Las de los metales mas preciosos fueron al parecer ya agotadas por los Romanos como se reconoce en las Medulas de Valdeorres, en el Picosagro de la Villa y en varios otros parages del Reyno (Correo, 15-08-1793, p. 106).

(12) Sabese que los Irlandeses las venden en Amsterdam á precio comun de once florines el barril de 200 libras, y que de aqui se extrae á muchas partes con aumento de precio (Correo, 21-04-1794, p. 252).

Los únicos ejemplos de enclisis con un tiempo verbal de pasado también aparecen en el Correo Mercantil. La posposición del clítico se da con el pretérito indefinido en secuencias narrativas (13, 14) (cf. Octavio de Toledo/[56] 2018, 277) en las que el redactor se refiere a las fases de un descubrimiento o invento de carácter científico:

(13) Es bien sabido que el amargo particular de dicha planta, es un verdadero veneno contra todo género de gusanos; guiado pues, de este principio, dispuso que el marinero aumentase la dosis de aloes, y observase el efecto; hízolo así este, y halló que las roeduras de los gusanos eran mucho ménos en número en los sitios donde habia aumentado la dosis del aloes (Correo, 27-08-1795, p. 548).

(14) Experiencia segunda. Mandó hacer cilindros ó varitas de madera seca, de abedul, de encina, box, cerezo, castaño, y campeche. Cada una tenia un pie de largo, y una línea de diámetro. Tapose los oidos y puso subcesivamente las varitas en contacto con el relox, y la parte cartilaginosa del oído, como en la antecedente experiencia.

[...]

Experiencia tercera. Resuelto á extender sus experiencias sobre los metales, hizo construir unos cilindros metálicos, semejantes á los anteriores. Sometiólos á la misma prueba, y propagaron el sonido por lo general algo menos que los de madera (Correo, 08-01-1795, p. 20‒21).

Con perífrasis de infinitivo, encontramos las alternancias esperables entre proclisis y enclisis, incluso en el mismo pasaje (16, 17), aunque el Semanario sí parece mostrar una preferencia más clara por la proclisis (15, 17, 18). Vemos también que en (17) y (18) sitúa el pronombre enclítico en la primera forma cuando tanto el verbo auxiliar como el auxiliado se conjugan en infinitivo:

(15) En lugar del tartaro, que se pide para hacer la mezcla, se puede usar de la sal de varrilla, ò sossa; con tal que estè bien purificada, y blanca como la nieve (Semanario, 11-04-1765, p. 5).

(16) Se encuentran en el beneficio de las minas de carbon varios obstáculos: á saber, los vapores, las aguas, las tierras, y las peñas. Contra el primero de estos inconvenientes, se deben hacer pozos para renovar el ayre: contra el segundo se debe agotar ó dar curso á las aguas: las tierras deben sostenerse con puntales, y separar las piedras. Pueden verse en la Memoria de Mr. Filli las operaciones necesarias para el beneficio de las minas de carbon [...] (Correo, 06-06-1793, p. 139‒140).

(17) Assi en los tiempos mas desocupados [...] se da principio à acarrear el estiercol à las tierras, empezando por las que se han de sembrar primero, y se descarga de distancia en distancia en montoncitos, para poderlo esparcir con mas facilidad, y se esparce sobre la tierra antes de darle la ultima labor [...] (Semanario, 11-06-1765, p.75).

(18) No he juzgado aproposito deberme estender mucho sobre los colores, porque por todas partes se encuentran Artistas que se ocupan en este genero de trabajos [...] (Semanario, 18-07-1765, p. 116).

En general, la menor representación de la enclisis en el Semanario podría responder a la escasez de secuencias narrativas donde se empleen repetidamente tiempos de pasado, pues, como ha señalado Octavio [69] (2020, 55), la enclisis «se da con mayor vigor, ya en el siglo XVIII, en las obras narrativas (historiográficas o novelescas) que en las que no lo son, y se asocia más claramente a la distancia escritural». Las cifras del Correo, con todo, tampoco pueden considerarse muy altas en comparación con las que ofrece Octavio [69] (2020, 54) para textos literarios no muy posteriores.

4 Construcciones con se y pasiva refleja

Como se ha podido comprobar en el apartado anterior, la acumulación de las construcciones con se es notable en secuencias de naturaleza expositiva e instruccional. La presencia de la pasiva perifrástica es, en cambio, anecdótica y parece estar asociada a ciertos tipos de rutinas expresivas o fórmulas, así como a zonas discursivas concretas. En el Semanario la pasiva analítica aparece en secuencias descriptivas e instruccionales cuando se alude al origen, la composición y a las pautas de fabricación de los productos a los que se refiere el texto (19, 20, 21, 22, 23). En el Correo, la pasiva perifrástica es el molde expresivo de las locuciones de valor epistémico que aluden al saber compartido (24‒25) y se registra con mayor frecuencia en las entradas del periódico que contienen instrucciones judiciales (26). Desde un punto de vista sintáctico y semántico, llama la atención el empleo de la pasiva perifrástica en contextos donde hay una escasa o nula agentividad y en los que en la actualidad esta construcción resultaría anómala (19, 20, 22, 23), frente a la pasiva refleja o al esquema estar + participio (cf. infra):

(19) Los diferentes colores, que forman las llamas de los cohetes quando se queman, son originados de los distintos ingredientes, que se mezclan con la principal materia de los cohetes (Semanario, 20-06-1765, p. 85).

(20) Las dos materias, que el Autor propone, para hacer la China, se encuentran en España juntas en una sola piedra, que es la Berroqueña: Esta piedra, es compuesta de guixo, y de taco (Semanario, 27-06-1765, p. 93).

(21) En fin, otras obras piden, no solo el ser dulcificadas, sino es tambien adquirir mas correa [...] (Semanario, 06-06-1765, p. 69).

(22) Quando se quiere gravar una oja de Espada, Cuchillo, Tigera, ù otra qualquier cosa de hierro, ó de acero; ante todas cosas, se le dà un baño à la pieza, que se ha de gravar: este baño ha de ser compuesto de materiales, que se estiendan, y peguen bien sobre el hierro [...] (Semanario, 11-04-1765, p. 6).

(23) Nota, que la legía ha de ser hecha de sal de sossa, y de cal [...] (Semanario, 25-04-1765, p. 23).

(24) Es bien sabido que el amargo particular de dicha planta, es un verdadero veneno contra todo género de gusanos [...] (Correo, 27-08-1795, p. 548).

(25) Es verdad que todos estos granos, semillas, frutos y raices son conocidos en España, pero tambien lo es, que no se cultivan en algunas Provincias con la extension que se podia y debia [...] (Correo, 21-04-1794, p. 254).

(26) XV. Sin embargo será permitido á cada uno guardar tambien su grano y cebadas introducidas en nuestro territorio en almacenes privados, tanto en el campo como en la Ciudad.

[...] XVIII. La circulacion del aceyte nacional por el territorio reunido, tanto por tierra como por mar, estará sujeta á las mismas reglas que hemos fixado para los granos; y los contraventores serán castigados con la misma pena establecida en el §IV. Que se aplicará como se ha determinado arriba [...] (Correo, 03-12-1792, p. 153).

En nuestro corpus, hay también ejemplos de falta de concordancia entre el verbo en pasiva refleja y el sujeto plural, un tipo de construcción que se da con mayor frecuencia en el Semanario. Estos usos, aunque son censurados por la norma prescriptiva, están presentes en lengua contemporánea:

(27) Para hacer cien libras de acero, se necesita ciento y veinte libras de hierro dulce de España en barretas, que no sea escamoso [...] (Semanario, 23-05-1765, p. 55).

(28) Por lo que pueda servir se previene, que en España, en las minas de plomo de Linares, se encuentra en su excabacion varios pedazos de mineral de plomo entre el alcohol, tan blancos, y tan transparentes como un crystàl [...] (Semanario, 04-07-1765, p. 99).

(29) Quien quisiere comprar una ó dos Casas, sitas en la calle alta de Fuencarral [...] acuda ante el Señor Don Antonio Alarcon Lozano, del Consejo de S. M. por la Escribanía de Don Francisco Xavier Rodriguez Vizoso, que se le admitirá las posturas que hiciere [...] (Correo, 21-04-1793, p. 256).

Asimismo, el español dieciochesco presentaba menos restricciones en cuanto al uso de la pasiva refleja con complemente agente expreso. Esta construcción, que aparece en la lengua desde la época medieval, es propia del lenguaje jurídico-administrativo en el español contemporáneo ([78] 1998). En nuestro corpus, la pasiva refleja agentiva se utiliza varias veces en el Correo Mercantil, pero no aparece en el Semanario Económico. Es posible la intercalación de un complemento argumental entre el verbo y el agente:

(30) La pregunta que se le hacia á este perito por el Juez, se reducia á que se declarase, quál era la duracion ordinaria de las viruelas en los ganados [...] (Correo, 30-10-1794, p. 690).

(31) Se ha dado aviso por la Compañia Oriental, de que el dia 7 de Enero próxîmo se empezará la vente de diferentes telas y efectos, procedentes del Asia, baxo cuya inteligencia podrán los comerciantes hacer sus encargos y comisiones [...] (Correo, 30-10-1794, p. 690).

(32) Se acaba de inventar por el Ciudadano Leguin un instrumento, del qual parece que la marina debe sacar grandes ventajas [...] (Correo, 29-08-1803, p. 546).

Antes de cerrar este apartado, nos detendremos en algunos ejemplos de la construcción perifrástica estar + participio que comparten propiedades semánticas y sintácticas con la voz pasiva (cf. Conti 2004). Si bien es cierto que en algunas de las muestras recopiladas prevalece el significado resultativo propio de este esquema verbal, y que solo uno de los usos admite un sintagma preposicional con por (33), lo que nos interesa destacar es que el redactor utiliza estar + participio en los siguientes fragmentos como alternativa a la pasiva propia y a las construcciones con se (está demostrado por ha sido demostrado; está sacado por se ha sacado o está visto/está sabido por se ve/se sabe):

(33) Está demostrado por experiencias repetidas y exâctas, que la tierra puramente como tal, no presta alimento alguno á plantas [...] (Correo, 09-06-1794, p. 362).

(34) Lo que se và aqui à decir està sacado de una Obra Inglesa, tan moderna como del año de 60. Que tiene por titulo: An essay towards an method of preseving the feed fix. Por el Señor Pullein (Semanario, 30-05-1765, p. 57).

Respecto a los fenómenos que se han tratado en este apartado, nuestro corpus respalda las siguientes hipótesis: la ausencia de concordancia verbal con el sujeto en la pasiva refleja confirma que aún no estaba resuelta la regularización de este tipo de construcciones sintácticas (cf. Octavio de Toledo/[75] 2016, 75). La pasiva refleja agentiva se emplea como un rasgo de la prosa culta, pero no parece aún una marca de extrema distancia comunicativa; este uso, por lo demás, contrasta con la ausencia de complemento agente con por en los pocos ejemplos de pasiva perifrástica que se han recopilado.

5 Gerundio preposicional (en + gerundio)

El recurso a la construcción de gerundio preposicional es otro de los elementos que nos permiten identificar preferencias diferenciadas entre el Semanario y el Correo. Mientras que en los quince números del Correo analizados encontramos un caso único de este elemento, la secuencia en + gerundio aparece en los Semanarios de 1765 hasta en 86 ocasiones. Aunque no podamos descartar la incidencia de otros factores para las discrepancias registradas, desde un punto de vista estrictamente diacrónico, parece corroborarse el ritmo de la evolución del fenómeno que resume Octavio [69] (2020, 99): se trata de un esquema «siempre a caballo entre el valor temporal y otros derivables de él, como el condicional o el causal» y «documentado abundantemente desde el siglo XIII y de notable prestigio escritural en el XVII y todavía en la primera mitad del XVIII, pero en decadencia ya en la escrituralidad culta de fines del XVIII y comienzos del XIX» (cf. también Pato 2014; [60] 2016 y 2018).

En el Semanario, el gerundio preposicional desempeña una variedad de funciones entre las que destacan algunos usos recurrentes, típicamente asociados a determinados tipos de secuencias. Casi el 50% de las ocurrencias (42/86) incluyen al verbo estar, y están mayoritariamente relacionadas con la expresión del avance de las distintas fases de un proceso, operación discursiva frecuente en los artículos que detallan la elaboración de recetas químicas o culinarias y las etapas de procedimientos técnicos de interés para los lectores (35).

Tabla 5 Distribución de en + gerundio por verbos

N.º de ocurrenciasVerbos
42estar
9querer + infinitivo
3hervir, ver
2empezar + infinitivo, tomar
1adquirir, arrimar, añadir, caer, cargar, comparar, conservar, cumplir, dar, desleír, echar, endurecer, ensayar, examinar, hacer, juntar, leer, notar, pasar, pegar, reconocer, reposar, sacar, sentar, volver + infinitivo

Como otros de los verbos del corpus (13/86), estar aparece en varias ocasiones con un pronombre enclítico, en estos casos la forma lo reemplaza el atributo referente al estado que el elemento que se manipula debe alcanzar:

(35) Se toma harina de cebada, y cardenillo en polvo; despues una piedra imàn, que se pone en el fuego, à hacer asqua, en punto de calcinada; y en estandolo, se apaga en vinagre muy fuerte, por ocho, ò diez veces: con esta legía de vinagre, con la harina de cebada, y los polvos de cardenillo, se hace una massa, y con ella se empastan los diamantes, como si estuvieran metidos en un panecillo ordinario. Luego se pone à secar esta pasta à fuego lento; y al fin se aumenta el fuego bastante fuera por espacio de quatro horas: se dexa enfriar; y estandolo, se rompe el panecillo, se sacan los diamantes, y se lavan con legía de jabon (Semanario, 11-04-1765, p. 4).

En este tipo de contextos de marcación discursiva del orden de las acciones que conducen al fin de una tarea, el gerundio preposicional compite o se combina con otras expresiones temporales. Entre ellas predominan el gerundio solo, distintos tipos de construcciones absolutas, la estructura cuando + verbo y los adverbios después y luego (con ocurrencias también de las locuciones después de, después que y luego que).

Otro uso recurrente de en + gerundio en el Semanario lo encontramos en las 9 ocurrencias de la estructura perifrástica de querer + infinitivo. En estos contextos, posteriores a la culminación de un proceso, apreciamos un valor condicional con un matiz temporal que nos sitúa en un futuro no necesariamente inmediato en el que surgirá la voluntad de usar o servirse del instrumento construido o de la sustancia preparada:

(36) Estos tinteros se cuecen, quando se caldean los hornos, por espacio de tres; ò quatro horas: esto se entiende si urge la precision; que si no, por sì propios se enjugan ellos, y quedan como si fueran de piedra. Una vez secos se toma del agua-goma que havrà quedado, y con una pluma se les dà por cima à todos ellos como quien barniza, tantas veces, quantas se necessite para que queden bien lustrosos, y duros como un marmol.

En queriendo usar de ellos, se echa en los agujeros algunas gotas de agua, y en ella se pone à remojar la pluma: Si el agua està recien echada, la tinta no estarà muy negra; pero si se rebuelve bien con la pluma, se pondrà negra, y lustrosa (Semanario, 18-04-1765, p. 13).

(37) La preparacion del oro, ò de la plata en concha; se reduce à tomar sal ammoniaco mui puro, remolerlo en piedra de preparar, con agua goma, que toque algo en espesa; como en consistencia de jarave, ò almibar en punto: se le echa el oro, ò plata batido en ojas, y se remuele todo junto por espacio de dos horas: esta mezcla se pone en un vaso de vidrio limpio; se le echa encima agua filtrada; se remueve con una cuchara de palo; y en haviendo caído el oro al fondo, se ladéa el vaso, y se vacia el agua en otro vidrio grande, para que se siente en èl, si quedò alguna particulita de oro, y recogerla: se añade nueva agua sobre el oro, y se procede como la primera vez: esto se llama edulzerar, quando por este medio se habrà quitado toda la sal ammoniaco, y toda la pegajosidad de la goma, y que el oro quede puro, y, limpio de todas materias estrañas, se toma con la punta de un pincèl, y se pone dentro de conchitas, y en ellas se dexa secar. En queriendose servir de este oro, ò plata en concha, se humedece con agua goma, y se aplica en donde se quiere (Semanario, 25-04-1765, p. 21).

Son menos numerosos los ejemplos en los que el gerundio preposicional, en secuencias menos instruccionales que expositivas, expresa principalmente la simultaneidad en detrimento de los otros valores temporales que hemos descrito:

(38) El mecanismo de estos Telescopios es tan perfecto, que se distinguen las facciones de una persona à 30. Leguas de distancia: en estando la tierra bien caliente, se notan las ondulaciones del ayre, que parece agitado, y que tiembla. Si es un Puerto de Mar se dirigen estos instrumentos ácia la parte del Mar, que parece se junta con el Cielo, se recorre todo el Orizonte, de suerte, que se reconocen los Navíos que por alli navegan (Semanario, 02-05-1765, p. 31).

(39) Las escarchas han perjudicado algo á las viñas, pues está experimentado, que en empezando se quedan las uvas en el mismo estado en que las coge (Correo, 30-10-1794, p. 692).

(40) Por este medio la Obra es muy còmoda, y muy util. Pasma en leyendo esta Obra, y en comparandola con los mas famosos Comentarios, el encontrar en éstos infinidad de yerros, y de explicaciones arvitrarias, que se han ocultado à los mas erùditos literatos, por no haver mirado con atencion los passages obscuros que se exforzaban à aclarar por adivinaciones, y conjeturas, no dependiendo su obscuridad, mas que de simples abreviaturas (Semanario, 23-05-1765, p. 56).

En el ejemplo (37), veíamos también una de las 15 ocurrencias de gerundio preposicional compuesto que hemos podido registrar. Este se muestra compatible con la enclisis pronominal (2 casos) e incluso, en una ocasión, con la interposición de un elemento entre las dos palabras que conforman el tiempo compuesto (42):

(41) Despues se pone todo en infusion por doce horas à fuego suave de arena: despues se destapa el Matràz, y se le echan poco à poco seis onzas de buen espiritu de vino; antes de destapar el matràz es necessario, que se haya enfriado; y en haviendole añadido el espiritu de vino, volverlo à tapar como antes: despues se pone en vaño de cenizas, ò en vaño de maria; y en doce horas havrà disuelto, el espiritu de vino, todas las gomas. En este estado, y estando el Varniz bien caliente, se cuela por un lienzo, y se conserva en una redoma de vidrio para el uso (Semanario, 11-04-1765, p. 6).

(42) Ante todas cosas, con instrumentos de hierro la quebrantan, la desmenuzan, y finalmente, la hacen polvo subtil en un mortero. Reducida à polvo impalpable, éste le echan en una vasija lena de agua, y la rebuelven por espacio de una hora con un cucharon de madera. En haviendo el agua reposado por espacio de una hora, sacan una especie de tela, ò nata, que se ha formado en la superficie del agua, del gruesso de quatro à cinco dedos (Semanario, 11-04-1765, p. 6).

El corpus de este estudio retrata, pues, una situación claramente desequilibrada entre la abundancia de ejemplos de esta construcción en nuestra cabecera de mediados de siglo y su casi total ausencia en la fuente de finales del XVIII. En las continuaciones de este trabajo comprobaremos si algún tipo de influencia interlingüística (principalmente la presencia de este esquema en originales franceses) podría haber acentuado esta tendencia ya de por sí esperable en función de la historia del rasgo en la lengua española.

6 Subordinadas de relativo

Las oraciones subordinadas de relativo experimentan a lo largo de su historia numerosos cambios que permiten señalar algunas de las diferencias más llamativas entre el español del siglo XVIII y el actual. Se trata, además, en el conjunto de las lenguas romances, de un dominio considerado sensible a la variación de registros ([8] 1997, 102; [32] 1999, 15–16), por lo que se hará necesario atender a diversos aspectos de su construcción para la caracterización variacional de nuestras dos fuentes periodísticas. El siguiente cuadro muestra la distribución de las ocurrencias generales de las distintas formas de los pronombres y adverbios relativos:

Tabla 6 Distribución de pronombres en las oraciones relativas oblicuas y no oblicuas

SemanarioCorreo
Tipo de antecedenteTotalTipo de antecedenteTotalTotal general
RelativoAnim.Inanim.Orac.Anim.Inanim.Orac.
cuyo5 5121217
donde55101015
quien0222
el cual663131622
el que1116271631037
Prep. + cuyo3811831122
Prep. + donde2424101034
Prep. + el cual162181642038
Prep. + el que131023941336
Prep. + que4735052254104
Prep. + quien34743714

Resaltaremos a continuación algunos de los hechos con más relevancia variacional que estas cifras nos permiten analizar.

6.1 Las relativas oblicuas: tendencias de uso de que , el que , el cual con antecedentes inan...

En esta época, la forma no marcada o estándar para las subordinadas adjetivas oblicuas con antecedente inanimado sigue siendo el relativo simple que, opción que se muestra claramente mayoritaria en las dos cabeceras de nuestro corpus. En este entorno entrarían en concurrencia con que los relativos específicos donde y cuyo y los relativos compuestos el cual y el que. Mencionaremos también la aparición, muy reducida, de un uso en retroceso, pero del que perviven algunas ocurrencias en la lengua literaria de las primeras décadas del XVIII (Octavio [67] 2016, 241): el de quien con antecedente inanimado, del que el Semanario aporta 4 ejemplos y 2 el Correo (respectivamente, el 3,7% y el 2% del total de relativas oblicuas con antecedente inanimado). Seguiremos tratando este fenómeno en el apartado §6.4.

Tabla 7 Usos oblicuos del relativo en la prensa económica (cifras absolutas y frecuencias relativas)

RelativoSemanarioCorreo
Prep. + el cual16 (15%)16 (16,3%)
Prep. + el que13 (12,1%)9 (9,1%)
Prep. + que47 (43,9%)52 (53%)

Los relativos compuestos constituyen algo más de un cuarto de los usos oblicuos en el Semanario (27,1%) y en el Correo (25,5%). Para las dos series, la historia del español, única lengua romance que cuenta con esta doble posibilidad, muestra tendencias cambiantes en cuanto a la preferencia por el que o por el cual precedidos de preposición. Sintetizamos en el siguiente cuadro las frecuencias relativas entre ambas series registradas en los principales trabajos sobre textos españoles del siglo XVIII que cuantifican estas unidades.

Tabla 8 Distribución de los relativos compuestos en oraciones oblicuas según la bibliografía consultada

Ramírez Luengo (2013)Blas/Vellón (2017)Octavio de Toledo (2016)Carmona Yanes (2020 [no traducidos])Carmona Yanes (2020 [traducidos])
Prep.+el cualSD3,4%(del total)1(frecuencia relativa: 9%)11,8%(frecuencia relativa)51%(frecuencia relativa)
Prep.+el que30%(del total)17% (del total)10(frecuencia relativa: 91%)88,2%(frecuencia relativa)49%(frecuencia relativa)

Aunque la comparación de estos resultados exige algunas precauciones importantes, podemos señalar que en distintos momentos de la centuria dieciochesca y en distintos géneros discursivos parece preferirse el que frente a el cual en los usos oblicuos. La única excepción a esta tendencia la encontramos en el corpus de textos periodísticos de información política internacional, traducidos del francés, que se estudia en [18] (2020, 102–105) donde el reparto entre las dos opciones es muy equilibrado, con una ligera ventaja de el cual. Y esta es, aproximadamente, la situación que encontramos en el presente corpus de prensa económica, que pertenece al mismo ámbito comunicativo y que contiene una proporción de textos traducidos que tendremos que determinar en sucesivas etapas de esta investigación. Ahora bien, las cifras de la frecuencia relativa entre preposición + el cual y preposición + el que que obtenemos para el Semanario y para el Correo ponen de manifiesto un crecimiento de la preferencia por el cual (55% y 64%, respectivamente), por lo que probablemente tendremos que valorar el factor cronológico.

6.2 Relativos compuestos en contextos no oblicuos

En relativas explicativas no oblicuas con antecedente inanimado, observamos una situación interesante que afecta a la oposición el cual / el que. Cada una de las dos cabeceras muestra una preferencia opuesta por una u otra serie del relativo compuesto, lo que, dada la cronología de ambas, corrobora las tendencias señaladas en trabajos como Octavio [67] (2016, 243), que muestran cómo la frecuencia del recurso a el que «se dispara» en la primera mitad del XVIII y empieza a decaer desde 1780 «hasta casi desaparecer a medida que avanza el siglo XIX»:

Tabla 9 Usos no oblicuos del relativo compuesto en la prensa económica

Antecedente animadoAntecedente inanimadoAntecedente oracional
SemanarioCorreoSemanarioCorreoSemanarioCorreo
el cual036/17 (35,3%)13/19 (68,4%)00
el que0111/17 (64,7%)6/19 (31,6%)316

Una vez más, la lengua del Correo se aproximaría a las características que suelen describirse para la etapa final del primer español moderno. La opción el que en este contexto presenta porcentajes aún más bajos en la prosa literaria de la época de Carlos IV analizada en Octavio [69] (2020, 78–79). Para el segundo cuarto del siglo XVIII, en [18] (2020, 103–104), vemos una preferencia por la serie el cual en el Mercurio histórico y político, texto periodístico íntegramente traducido del francés, frente a una presencia residual de esta opción en otras obras no traducidas del mismo autor. En textos económicos del XVIII ([59] 2021, 163), la serie el que no aparece en ningún caso, a excepción de lo que oracional, mientras que el cual se encuentra en este contexto en número similar, aunque algo inferior al corpus del siglo XVII.

6.3 Relativas «no normativas»

El corpus nos proporciona algunos ejemplos de empleos de que relativo no oblicuo que han recibido tradicionalmente en español juicios prescriptivos encaminados a restringir su aceptabilidad a determinadas situaciones comunicativas. Para estos usos, tradicionalmente calificados como no normativos o anómalos, la NGLE describe principalmente dos grupos: las construcciones en las que que se emplea como relativo polivalente, polifuncional, universal o débil, y las denominadas relativas de pronombre pleonástico, despronominalizadas, con duplicación pronominal o de pronombre reasuntivo, de apoyo o de retoma (NGLE, §44.9a, 3352). Los casos registrados aparecen tanto en el Semanario como en el Correo, en proporción similar. En el primer tipo, el relativo que se vuelve inespecífico en cuanto a su capacidad para marcar la función sintáctica exacta que realiza en la oración subordinada. Así, en (43) y (44) podría ser sustituido por otro relativo semánticamente más concreto (donde), mientras que en (45) y (46) encontramos nociones partitivas que podrían haberse expresado de manera más específica con uso oblicuo del relativo (introducido por la preposición de).

(43) [...] y al mismo tiempo se ha de cuidar en su tamaño, que pueda entrar dentro del molde que estàn los colores (Semanario, 16-05-1765, p. 45).

(44) [...] en la [provincia] de Sevilla, aunque ha llovido tambien en algunos Pueblos, se necesita el agua en otros; bien que los campos siguen generalmente frondosos, excepto en Osuna que se hallan algo atrasados (Correo, 21-04-1794, p. 249).

(45) Estos materiales juntos, se ponen en una balsa, ò alberca; y si no hay proporcion, en una cuba, tonèl, ò tinaja, llenando de ellos las dos tercias partes de la vasija; y despues se acaba de llenar de agua, que la mejor es llovediza [...] (Semanario, 25-04-1765, p. 17).

(46) [...] porque este trigo lleva consigo su sal, y su estiercol, y cada grano producirá una mata, que la menor serà de treinta, hasta sesenta cañas [...] (Semanario, 25-04-1765, p. 26).

Por su parte, en los extractos (47) y (48), pese a que el relativo que sería suficiente para marcar la función de objeto directo, esta relación sintáctica se ve reforzada o retomada por la introducción del pronombre personal las, lo que daría lugar a las denominaciones mencionadas más arriba, que hacen referencia a la repetición pronominal.

(47) Este purgante es muy oportuno para evacuar à los niños, que faltos de reflexa se niegan à tomar medicina; y assimismo para las Damas delicadas, que les ocasiona nauseas qualquiera droga de la Botica, que les ordenan para su restablecimiento. El remedio se reduce à dos bolas, que con solo tenerlas cerradas en las manos, luego que llegan à calentarse, mueven el vientre, y le tienen movido hasta que se sueltan las bolas (Semanario, 20-06-1765, p.86).

(48) El cultivo de este arbol ya se sabe que es muy simple. Produce y crece en las peores tierras, su fruto tiene unas propiedades medicinales, que seria fuera de propósito explicarlas aquí [...] (Correo, 06-02-1794, p. 84).

No sorprende, desde el punto de vista cronológico, que afloren estos ejemplos en textos del siglo XVIII, ya que este tipo de construcciones está documentado en español desde la Edad Media ([27] 2006, 1452–1453). Se trata, además, de esquemas registrados en diversas lenguas romances ([8] 1997, 102; [32] 1999, 15–16), por lo que, de encontrarse en alguna de las fuentes francófonas de estos periódicos, podrían haberse mantenido al ser traducidas o parafraseadas. Sin embargo, como veremos, esta prensa económica recurre frecuentemente a la forma cuyo, una de las razones que explican que apenas registremos en ella casos del fenómeno conocido como quesuismo, un esquema relacionado con la desintegración sintáctica del relativo que consiste en la sustitución de cuyo por que + su, como se observa en este único ejemplo del Semanario:

(49) Este mismo caldo se puede hacer con solos huessos, por medio de la máquina, ù olla de Papin, que en otra ocasion se hará noticia de sus admirables efectos (Semanario, 25-04-1765, p. 22).

Como indica Serradilla (2020), a pesar de que el uso es también antiguo, pues el quesuismo se da en textos españoles ya desde el siglo XIII, y con mayor vitalidad a partir del XV, los datos de los corpus digitales anteriores a 1699 muestran que, en comparación con cuyo, su presencia es muy reducida en todas las etapas analizadas. Este se encuentra también ausente en el corpus de memoriales de proyectistas y arbitristas de los siglos XVII y XVIII estudiados en [59] (2021), así como en el de cartas de lectores de la prensa decimonónica que analizamos en [19] (2019a). Ambos corpus acogen, por el contrario, algunos ejemplos del resto de tipos de relativas anómalas que hemos descrito en los párrafos precedentes, siempre con un comportamiento decreciente a lo largo de la cronología que abarcan: son más abundantes en los textos de los siglos XVII que en los del XVIII en [59] (2021, 242–244), y en las cartas de lectores del XVIII aflora una mayor cantidad de casos, en comparación con las registradas en el mismo género durante la primera mitad del XIX. Ninguno de los escasos ejemplos de las cartas decimonónicas aparece después de 1830, momento en el que estas adquieren un estilo más formal, e incluso administrativo, y se desligan en la prensa generalista del recurso a la oralidad fingida, que no era infrecuente en las etapas anteriores ([16] 2019 a, 311–315).

Así, en cuanto al estatus normativo de estas relativas, en el siglo XVIII tendríamos que asociarlas, en principio, a un registro menos formal o a una estrategia de verbalización más propia de la immediatez comunicativa, o bien a la competencia de hablantes menos cultos. En este sentido se pronuncian los trabajos de [49] (1998, 349),[57] (2001, 230), Barra (2002) o Herrero (2005, 2850), con los que podemos afirmar «que en el siglo XVIII los usos de que de dudosa catalogación se rechazan definitivamente en el estilo elevado» ([59] 2021, 242). Octavio [67] (2016, 243) no identifica en su distribución tendencias de tipo diacrónico, pero observa que «su uso abundante en el medio escrito parece ser más propio de los tiempos preacadémicos», y, a partir de las ocurrencias del CORDE y de los casos que documenta en su corpus literario de 1739, concluye que «tales usos, refrendados por su aparición más o menos esporádica en la prosa clásica, aún no estaban del todo desprestigiados en el segundo cuarto del siglo XVIII».

Tanto si se trata de una marca diastrática, diafásica o concepcional, en las proporciones en que los ejemplos se registran en este corpus de prensa económica, no podemos considerar que estos resulten variacionalmente categorizadores para el género en su conjunto, que por lo general presenta usos más próximos a la distancia comunicativa. Estudiaremos en sucesivos trabajos las circunstancias que facilitan, con todo, la aparición de algunos usos más cercanos a lo coloquial o a la oralidad.

6.4 Los valores de quien

Las muestras sobre relativas con antecedente humano son muy escasas en nuestro corpus. Quien en entorno no oblicuo solo aparece dos veces en el Correo, en ambos casos con la forma plural (50). Ahora bien, es posible afirmar que quien aún no está especializado en los referentes animados. En construcción oblicua tenemos 13 casos de quien, 6 de los cuales manifiestan una correferencia con una entidad inanimada. En el Correo Mercantil, quien se refiere a nombres de ciudades o países (51), un tipo de construcción que fue frecuente en la época, y el último reducto de este valor, como ya señaló Octavio [67] (2016, 241). En el Semanario Económico, en cambio, los referentes no humanos de quien no guardan todavía necesariamente ningún tipo de vinculación semántica con las unidades geográficas, sino que son sustantivos que denotan otras realidades, como una cualidad (sequedad) o un compuesto químico (zafre, cobre), entre otros (52, 53, 54). En este diario, por lo demás, se atestigua la concordancia de quien con un referente plural, siempre en construcción oblicua (56, 57):

(50) Qualquiera que tubiere efectos á bordo del Navio Danés nombrado Emilia Galotti, procedente de Amsterdam, su Capitan Jorge Namings, acuda á los Señores Josef Molins y compañía, quienes se encuentran con una poliza sin saber su dueño (Correo, 15-08-1793, p. 109).

(51) El comercio de Konigsberg, es importante porque provee de muchos artículos necesarios á la mayor parte de las Naciones del mediodia de Europa, de quienes recibe varios efectos y frutos propios de sus climas (Correo, 09-06-1794, p. 365).

(52) [...] este metal es duro agrio quebradizo, y solo el cobre es quien le dà mucha flexibilidad, con quien los Españoles de las Indias Occidentales, ligan la platina para hacer hevillas, caxas, y algunas otras obras [...] (Semanario, 27-06-1765, p. 96).

(53) Las tierras tienen dos defectos generales; el primer es la mucha humedad, y por lo regular viene acompañada con frialdad, y grande pesadèz; el segundo es la mucha sequedad, à quien compaña una excesuva ligereza, y sin mucha disposicion para calentarse (Semanario, 06-06-1765, p. 66).

(54) El uno de los lados casi siempre està lleno de caracteres Chinescos, à quien por lo regular le dán la forma de un palo redondo ò de tabletas (Semanario, 11-06-1765, p. 75).

(55) Se tienen escusa en las mugeres cuya delicadeza parece natural, no se puede escusar à los hombres à quien pertenece el exercicio como su natural elemento (Semanario, 09-05-1765, p. 42).

6.5 Las relativas con antecedente oracional como mecanismo de engarce discursivo

Documentamos algunos fragmentos en los que las formas el cual y cuyo se despojan de su función como pronombres relativos y pasan a actuar en el plano de la referencia anafórica (56, 57, 58, 59). Se trata de contextos en los que la opción sintáctica predilecta en el español contemporáneo sería «anteponer el sustantivo y hacerlo seguir de un relativo de preposición» ([28] 2007, 374). Las muestras de cuyo no posesivo son numerosas, sobre todo en el Semanario Económico: el relativo se integra en una oración oblicua con antecedente oracional y va seguido de un sustantivo que remite a un discurso previo en forma de encapsulador ([28] 2007, 373–374; Octavio [67] 2016, 244 y 2020, 83). La misma función desempeña el cual + SN en el ejemplo (59), el único que hemos registrado, que se encuentra en el Correo Mercantil. Esta solución había sido desplazada por cuyo no posesivo desde finales del XVII (Octavio [67] 2016, 244), pero volverá a ganarle terreno, por lo que en nuestro corpus es síntoma de una mayor modernidad en los usos del Correo. La frecuencia del esquema extendido durante el XVIII «cae bruscamente en el XIX» (Girón 2009, 1546), si bien se mantiene aún en ciertas locuciones fijas de valor causal (por cuyo motivo, por cuya razón).

(56) Para que el que siembra no innove el haver de arrojar à la tierra menos grano del que se acostumbra, se le mezcla otra mitad de granzones de paja cortada menudamente; con cuya precaucion puede llenar el puño como es costumbre, y arrojarlo como es regular (Semanario, 18-04-1765, p. 11).

(57) Una espumadera pequeña de hierro sirve para sacar de la superficie del metal fundido las escorias. Estas escorias siempre llevan consigo algun metal, por cuya razon, para aprovecharle, le buelven á fundir (Semanario, 18-07-1765, p. 118).

(58) Para ello se leyeron en sus Juntas algunos discursos, dirigidos á la ereccion de Escuelas patrióticas, para facilitar la ocupacion á los pobres, y mejorar las hilazas, sin cuyo requisito no es posible adelantar en la perfeccion de los texidos (Correo, 09-06-1794, p. 363).

(59) De equipages 4838 pesos en plata acuñada, 12.162 en oro idem, 695 marcos, 5 onzas de plata labrada [...] Todos los quales efectos avaluados á los pecios corrientes con el oro y la plata amonedada y en pasta, importan 6.425.526 pesos 91/2 gs. (Correo, 04-05-1795, p. 285).

En el Semanario Económico se registra un mayor número de relativas con antecedente oracional como mecanismo de engarce discursivo (29 frente a 12 del Correo) (cf. Octavio [67] 2016, 244–245), lo que revela una mayor afinidad hacia la configuración sintáctica del español clásico (60). En las no oblicuas, únicamente se emplea lo que, mucho más habitual en el Semanario que en el Correo. La relativa con antecedente oracional se utiliza incluso como mecanismo de cohesión para abrir un artículo que es continuación de un texto publicado en el número anterior (61):

(60) Dice que està observado, que las tierras de las Lagunas, trasladadas à un sitio seco, producen todas suertes de plantas; y que la tierra tomada de un lugar seco, y puesta en Lagunas, ò sitios humedos, dá juncos: de que se infiere, que toda especie de tierra puede producir toda especie de planta (Semanario, 11-06-1765, p. 79).

(61) Sigue el asunto del número anterior. = De lo que se infiere que este pueblo es bastante aplicado á la Agricultura (Correo, 03-12-1792, p. 150).

Algunas construcciones de relativo oblicuas con antecedente oracional funcionan en el nivel textual como conectores consecutivos, si bien con un bajo grado de gramaticalización (Diez del Corral 2015, 326, 371). En el Correo, se emplean con esta función las construcciones por lo cual, con lo cual y por lo que (62). En el Semanario se utiliza se utiliza con este valor por lo que (63), mientras que la construcción con lo que (64, 65), muy recurrente en este diario, no llega a expresar en ninguno de los ejemplos analizados un significado procedimental basado en la relación de causa-efecto entre las partes. Mantiene, en cambio, la carga semántica de la expresión relativa que se refiere al aprovechamiento de un medio (contenido de la oración principal) para alcanzar un fin (expresado en la relativa):

(62) Es innegable que la agricultura en este pais ha hecho bastantes progresos, á lo menos por lo que respecta al trigo, su siembra y molienda; por lo que, y siendo esta semilla tan importante al sustento comun de las gentes, nos parece á proposito anunciar varias nociones interesantes á cerca de ella (Correo, 06-02-1794, p. 82).

(63) Suele acontecer à los Escultores, el no poder amoldar una figura entera; en especial, quando està rodeada de adornos, por lo que muchas veces se vèn obligados à cortar las piernas, ò los brazos, para poner los otros [...] (Semanario, 11-07-1765, p. 107).

(64) [...] en estando el papel bien pegado à la terebentina por todas partes, se harà enxugar la obra à un fuego lento; despues de lo qual se bolvera a humedecer la estampa muy bien con repetidas aguas, con lo que se pondrà de forma, que se pueda quitar todo lo blanco del papel refregandolo, y arrollandolo con los dedos [...] (Semanario, 16-05-1765, p. 43).

(65) Preparado assi este licor, se ponen á hacer asqua hojas de cobre; y quando estàn bien encendidas, (esto es bien roxas) se apagan en este licor, con lo que se desprenden de las hojas de cobre muchas escamas de èl [...] (Semanario, 23-05-1765, p. 53).

6.6 Los adverbios relativos

La configuración sintáctica de los diarios económicos del XVIII también arroja datos interesantes sobre la evolución histórica del paradigma de adverbios relativos de sentido locativo. A diferencia de lo afirmado por [41] (2022, 298) respecto al siglo XVIII, en nuestro corpus, el relativo donde no se identifica como la variante no marcada (entendida como estándar) para la expresión del sentido locativo de ubicación.

Tabla 10 Adverbios relativos referidos a la ubicación en la prensa económica

dondeen dondeá dondeadonde
Semanario5/29 (17,2%)24/29 (82,8%)
Correo10/20 (50%)2/20 (10%)6/20 (30%)2/20 (10%)

En el Semanario Económico, el esquema preposicional en donde abarca más de un 80% de los ejemplos (64). Aunque podría deberse a otros factores en los que habría que profundizar, no hay que descartar que este porcentaje tan llamativo se deba a una preferencia idiolectal del redactor Pedro Saura. En el Correo mercantil los números cambian y donde pasa a ser la variante más frecuente. Sin embargo, se sigue constatando un aprovechamiento nada desdeñable de otras construcciones del paradigma, como á donde/adonde, que aparece, por otro lado, en el Semanario.

(66) [...] en reconociendo, que el agua està bien teñida, y la hoja de la flor blanca, se tiene una manga, ò saco doble de lienzo, en donde se echa todo, para que el agua, y la tintura cuele, y la flor quede dentro. Lo que ha colado, se debe tener en un lebrillo de loza fina, en donde se echa medio cuartillo de zumo de limon tibio, y se revuelve muy bien con una cuchara de palo [...] (Semanario, 04-07-1765, p. 102).

7 Conclusiones

Además de las semejanzas y de la evolución discursiva que estudiamos en Carmona Yanes/Méndez Orense (en preparación), esta exploración contrastiva de las preferencias morfosintácticas de las dos publicaciones más representativas de las dos etapas de la prensa económica dieciochesca revela que en estos textos las soluciones divergentes que hallamos para distintos fenómenos sujetos a variación en esta época no siempre pueden explicarse a la luz de la cronología que para ellos han descrito los trabajos de los que hoy disponemos.

Entre las similitudes que comparten ambos periódicos destacan los siguientes rasgos: (1) prevalencia del contenido científico-técnico; (2) traducción de fuentes textuales extranjeras (en su mayoría, anglosajonas y francesas); (3) presencia de patrones discursivos comunes (apelación al lector, citación académica, estrategias de ponderación, uso de la primera persona), que serán tratados en Carmona Yanes/Méndez Orense (en preparación); (4) ausencia del esquema condicional si tuviera, diera y predominio indiscutible de -ría en los contextos sintácticos donde competía con -ra; (5) mantenimiento del futuro de subjuntivo en oraciones relativas; (6) predominio del imperfecto de subjuntivo -se en oraciones no condicionales; (7) escasa presencia de la pasiva perifrástica frente a la profusión de construcciones con se; (8) persistencia de la concordancia en singular en construcciones de pasiva refleja con sujeto plural; (9) predominio del relativo simple en oraciones oblicuas; (10) empleos no predominantes de que considerados no normativos (que no parecen influir en la categorización normativa del género en su conjunto, aunque dan muestra de la presencia de este tipo de esquemas en el ámbito que nos ocupa); (11) uso del relativo quien con antecedente no humano y plural (13) documentación recurrente de cuyo como anafórico textual.

Las diferencias, también muy numerosas, se pueden resumir en el siguiente esquema:

  • – Semanario Económico : (1) fuerte presencia del futuro de subjuntivo en prótasis condicionales; (2) rechazo de la enclisis con el indicativo en inicio de período; (3) empleo preferente de el que frente a el cual en relativas no oblicuas de antecedente inanimado; (4) mayor representación de las subordinadas relativas de antecedente oracional; (5) prevalencia de la construcción relativa en donde frente a donde para indicar un sentido de ubicación; (6) uso notable del esquema sintáctico en + gerundio;
  • – Correo Mercantil : (1) mayores restricciones en el empleo del futuro de subjuntivo, que solo aparece en anuncios y extractos judiciales; (2) enclisis con verbo en indicativo en un 20% de los inicios de período; (3) documentación de construcciones de pasiva refleja con complemento agente expreso; (4) uso preferente de el cual frente a el que en relativas no oblicuas de antecedente inanimado; (5) aumento de ejemplos del adverbio relativo donde con valor de ubicación y uso de las formas adonde / á donde con esta función.

A falta de posteriores comprobaciones, para estos datos debemos pensar en una probable influencia multifactorial en la configuración morfosintáctica: inciden, como mínimo, la cronología, los factores estilísticos, las preferencias idiolectales y las fuentes extranjeras de las que se nutren estos textos. En este último factor pretendemos centrarnos en la siguiente etapa de esta investigación, tras completar la localización de los textos fuente, muy diversos y no siempre explicitados, de los que se nutren el Semanario económico y el Correo mercantil.

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Footnotes Esta época inicial de formación del discurso periodístico se extendería desde las décadas de 1660 y 1670, con la aparición y consolidación de las primeras gacetas, hasta la década de 1830, en la que tienen lugar una serie de cambios sustanciales en la morfología de los periódicos y en la concepción de la escritura periodística ([79] 2007, 96), que dan lugar a la gestación de los antecedentes más directos de la prensa de información general actual. Como ya explicamos en [19] (2019b, 2020), la reelaboración de fuentes extranjeras es una de las prácticas textuales más influyentes en la configuración del discurso periodístico español en sus orígenes. Los principales focos de estas fuentes fueron Francia e Inglaterra, aunque el panorama de redes interculturales europeo era mucho más complejo (cf.[29] 2014). Entre los tres grandes tipos que distingue [81] (1991), la prensa económica quedaría clasificada en la línea que la autora denomina difusión científica, técnica y cultural , que conviviría con la informacióngeneral (política, social, etc.) y la crítica de costumbres o la reflexión ideológica. Esta «difusión» no deja de ser, en cualquier caso, limitada. El Correo Mercantil de España y sus Indias , por ejemplo, llegó a contar con solo 600 suscriptores, entre los que figuraban comerciantes, funcionarios y miembros de las Sociedades Económicas. Cf. al respecto el concepto de composicionalidad desarrollado en [50] (2015). Indica el autor que «[l]o que es fundamental para la teoría de las TD es lo que llamamos el ‹principio de la composicionalidad tradicional›: un texto puede corresponder simultáneamente, a toda una serie de tradiciones copresentes. La investigación empírica de las TD tiene la tarea de la identificación de esa red de tradiciones» ([51] 2018, 208). Contamos ya con algunos precedentes cercanos valiosos para otros formatos como los avisos ([58] 2008) y las relaciones de sucesos ([55] 2012; [53] 2015; [31] 2020), o la publicidad periodística ([54] 2020). Cf. Octavio [67] (2016, 2019, 2020); Octavio de Toledo/ [56] (2015, 2017, 2018), entre otros. Se han analizado quince publicaciones de cada periódico. Del Semanario Económico hemos seleccionado números de la primera etapa de edición: 11-04-1765; 18-04-1765; 25-04-1765; 02-05-1765; 09-05-1765; 16-05-1765; 23-05-1765; 30-05-1765; 06-06-1765; 11-06-1765; 20-06-1765; 27-06-1765; 04-07-1765; 11-07-1765 y 18-07-1765. Del Correo Mercantil de España y sus Indias hemos abarcado una franja temporal que empieza en 1792 y termina en 1796: 01-10-1792; 03-12-1792; 28-03-1793; 06-06-1793; 15-08-1793; 09-12-1793; 06-02-1794; 21-04-1794; 09-06-1794; 30-10-1794; 08-01-1795; 04-05-1795; 27-08-1795; 03-03-1796 y 28-07-1796. La cantidad de texto analizable es proporcional en los dos diarios y alcanza una media de 2.140 palabras por número. En las primeras décadas del XIX, -ra empieza a penetrar en los entornos sintácticos no condicionales en los que antes dominaba -se , si bien aún se vislumbran tendencias divergentes respecto a estas construcciones (Octavio [69] 2020, 71). El autor citado plantea la posibilidad de que el mantenimiento de - se no solo se deba al conservadurismo de quienes desean ajustarse a la norma áurea, sino que podría tratarse de una alternancia motivada por la variación dialectal. Hay que tener en cuenta que las condicionales constituyen un tipo oracional infrarrepresentado en el Correo Mercantil. El mayor peso de estas subordinadas en el Semanario se debe al empleo recurrente de ciertas operaciones discursivas que describiremos con detalle en un trabajo próximo (Carmona Yanes/Méndez Orense en preparación). Según Girón (2012, 34), la extensión de la proclisis moderna «resulta una consecuencia de un cambio más profundo: la consolidación del orden de palabras VO, que da lugar a nuevos tipos de cohesión; y, por otra parte, la enclisis —reducida— se reconvierte en marca morfológica que distingue el imperativo, el infinitivo y el gerundio de las formas personales de indicativo y subjuntivo, con lo que se transforma en instrumento de la cohesión del núcleo verbal». Octavio [67] (2016, 118) añade en su estudio que «[n]o resulta sencillo decidir si este tipo de enclisis era ya una simple pervivencia estilística, un mero recurso de la escritura, o si encontraba aún refrendo (más o menos residual) en el habla». [42] (2019, 182) recoge las dificultades para elaborar una gramática del período concebido como unidad de análisis situada entre el nivel microsintáctico de la proposición o de la oración y el nivel global del texto. En nuestro corpus, el uso de los signos de puntuación y la división entre párrafos se encuentran ya lo suficientemente sistematizados como para que podamos servirnos de ellos a la hora de distinguir posiciones significativas para la aparición de los casos de proclisis. [76] (2013, 85–86), sin embargo, no encuentra muestras de este tipo de enclisis pronominal en las cartas de M. Martierena del Barranco (1757‒1763): «no sorprende que en las cartas aquí analizadas se emplee de forma constante el sistema moderno de colocación de pronombres átonos, sin que sea posible registrar ni siquiera un caso que recuerde los usos anteriores al «periodo de transición» de los siglos XV y XVI; las reglas de colocación de estos elementos en la lengua de Manuel Martierena del Barranco, son, pues, las siguientes: cuando el pronombre depende de una forma finita, se produce la anteposición en todos los casos, incluso con verbo inicial absoluto [omito nota], mientras que si aparece junto a una forma no personal se impone la posposición, también en todas las ocasiones». Del mismo modo, en las cartas del Archivo Nacional Histórico, la proporción de uso de la enclisis con verbo finito en inicio de período es «ínfima» (Octavio [68] 2019, 97). Este dato coincide con las Aventuras de Antonio Muñoz (1739) (Octavio [67] 2016, 218) y las Cartas de Jaime Masones (1752‒1754), pero no con las Conversaciones de Ulloa (1795) (Girón 2008, 2250). El pronombre clítico se pospone al verbo auxiliado como segundo miembro de una oración coordinada copulativa con ni : [...] pues si huviera prohibicion, ni se huviera determinado el sujeto à declarar que trabajaba sobre tal assumpto, y menos se le huviera dado licencia, ni permitidole ponerlo en la Gaceta publica, que se imprime de orden de nuestro Rey (Semanario , 27-06-1765, p. 96). Girón (2008, 2251) encuentra enclisis con participio en las Cartas de Jaime Masones de 1752‒1754. En el Semanario Económico hallamos un ejemplo de proclisis con verbo conjugado en subjuntivo «instruccional», posición que hoy se saldría de lo normativo. En estos casos, la construcción verbal no se sitúa en posición inicial absoluta. No hay muestras de este uso en el Correo : Tomese agua de alumbre, y jabòn; mojese con este agua un lienzo, ò un papel, y apliquese el papel, ò el lienzo sobre la estampa, ò retrato; todo esto se ponga e n una prensa, y en sacandolo, se tendrà una bella copia de la estampa, ò del retrato (Semanario , 27-06-1765, p. 94). Sería necesario estudiar un corpus mucho más amplio para saber en qué medida la pasiva analítica había quedado anclada en los textos legales. Los errores de concordancia no solo afectan a las construcciones con se. En el Semanario se producen en otros entornos, como en esta oración copulativa: La invención de la tinta es de tiempo casi inmemorial en la China; pero ha sido necessario muchos años para ponerla en el grado de perfeccion en que al presente se halla (Semanario , 18-06-1765, p. 75). En el Semanario Económico , los ejemplos del esquema «se V + por SN» no se interpretan como muestras de una construcción de pasiva refleja con complemento agente, sino como una estructura verbal seguida de un complemento circunstancial de manera o causa: Dentro del Germe de un grano de trigo, à mas del principal tallo, caña, ò paja, que debe nacer en este año, hay encerrados otros, que tambien nacerian, si se desembolbieran, por algun agente lleno de la virtud germinativa (Semanario , 11-04-1765, p. 2).[...] fundida la materia quarta vez, se examinarà por un ensayo si es bastante blanco [...] (Semanario , 18-04-1765, p. 11). Aunque se centra en la oposición prep. + que / prep. + art. definido + que y no cuantifica los casos de prep. + el cual , cf. Guzmán (2012) como referencia fundamental para los textos americanos del siglo XVIII. [76] (2013, 79‒80) analiza un corpus de cartas redactadas entre 1757 y 1763. No hace ninguna referencia a ocurrencias de el cual , por lo que hemos dado por supuesto que no las hay, aunque señala que el relativo compuesto el que representa el 30% de las ocurrencias respecto a preposición + que con antecedente no oracional. Las cifras de Blas/Vellón (2017, 495) proceden también principalmente de textos epistolares del siglo XVIII en su conjunto, aunque cuantifican únicamente los usos con la preposición en. Octavio [67] (2016, 243–244) estudia un corpus literario de la década de 1730. Finalmente, [18] (2020) se ocupa de una selección de redactados por un mismo autor que reflejan una situación diferente para los textos traducidos del francés, que pertenecen al formato mercurio , y para los textos redactados originalmente en español, que incluyen ensayo político en forma dialogal y piscatores o pronósticos. Octavio [69] (2020, 78–79) registra esta misma preferencia en la mayoría de los textos del primer Ochocientos. Cf., entre otros, Cortés (1987, 305 y 1990, 435) o [39] (2006, 406). En la lingüística francesa ha sido ampliamente empleada la denominación de relatives à décumul para este segundo tipo (cf.[8] 1997; [33] 1971). Para más detalles sobre esta problemática, ver [19] (2019a, 311‒315). «Redactando un texto los autores inexpertos utilizan con frecuencia altísima el junctor que sin especificar el carácter de la relación. Muy al contrario, únicamente indica que el texto continúa y se mantiene abierto en diferentes direcciones» ([49] 1998, 349). Según la autora, este que , más paratáctico que hipotáctico, aparece con mayor propensión en la immediatez comunicativa. [57] (2001, 230) clasifica estos usos de que en distintas categorías y los califica de «ilativos»: «[e]n ciertos contextos, la forma que experimenta un debilitamiento de su valor de marcador de subordinación acercándose en su función a una conjunción copulativa de carácter ilativo». Aunque su profusión en época actual, extendida más allá de la immediatez comunicativa, llama la atención de [13] (1980, 182–184) y de Narbona (2000, 469 y 2008, 555), la larga tradición escrita de estos esquemas sintácticos en español y otras lenguas romances y el hecho de que se encuentren también atestiguados en otros muchos idiomas, incluso en la lengua estándar en algunos casos, llevan a pensar que, desde el punto de vista evolutivo, no se trata necesariamente de la degeneración del valor pronominal del relativo en el sistema, sino que los límites categoriales entre conjunciones subordinantes y pronombres relativos podrían no ser totalmente estables (NGLE , §44.9b, 3353). En un estudio de corte estadístico, [10] (2019, 13) confirman, pese a que el uso de la forma singular experimente una fuerte caída en el paso del siglo XVII al XVIII (especialmente en la mitad de esta centuria), el cambio de quien por quienes con antecedente plural aún no se ha consumado en esta época. Véase también Morala (2006). El encapsulador, aún en proceso de formación en el discurso preperiodístico de mediados del siglo XVII (Borreguero Zuloaga/Octavio [70] 2007), empieza a afianzarse como mecanismo de cohesión en posición temática en la prosa culta de principios del siglo XVIII ([59] 2021, 354). Sobre la coiunctio relativa con el cual , cf.[75] (2007); Barra (2008), y Del Rey (2018, 45). En el estudio sobre la prosa de arbitristas y proyectistas, [59] (2021, 167) determina que cerca de un 90% de las relativas con antecedente oracional analizadas aparecen en textos de entre 1600 y 1724. Este dato la lleva a afirmar que «[l]os autores de la segunda mitad del siglo XVIII no son proclives a engarzar el discurso con pronombres relativos». Estas construcciones, en las que el núcleo de la relativa es un verbo de entendimiento, inferencial o de valor consecutivo, son frecuentes en la prosa de la distancia del siglo XVIII (Gómez de Enterría/Martí 2016, 287–291; Méndez Orense 2021, 169). En tres obras seleccionadas del siglo XVIII (Correo del otro mundo , de Torres Villarroel; Teatro crítico de Feijoo y Cartas marruecas de Cadalso), la autora encuentra 52 ejemplos de donde frente a un único caso de en donde y otro de a donde. En el XIX la proporción se mantiene estable, ya que donde aparece 140 veces, y en donde y adonde 4 veces respectivamente ([41] 2022, 303). Dejando al margen el reducido número de ejemplos de las variantes con preposición, es de destacar la apreciación que hace la autora sobre el hecho de que el grupo en donde , que refuerza el sentido de la ubicación, entra en competencia con donde a partir del siglo XVIII ([41] 2022, 298). Eso es precisamente lo que se observa en el Semanario Económico. Los adverbios de esta clase pueden expresar otros sentidos locativos, tales como la dirección, el trayecto y la procedencia (cf.[41] 2022). En los diarios analizados, hay muy pocos adverbios en construcción oblicua que expresen otros sentidos locativos: por donde (en la expresión «medio por donde») (Correo , 09-06-1794, p. 362) y de donde con valor de procedencia (Correo , 27-08-1795, 550).

By María Méndez Orense and Elena Carmona Yanes

Reported by Author; Author

Titel:
Tradicionalidad discursiva y variación morfosintáctica en la prensa económica de la Ilustración española.
Autor/in / Beteiligte Person: Méndez Orense, María ; Carmona Yanes, Elena
Link:
Zeitschrift: Zeitschrift für Romanische Philologie, Jg. 139 (2023-03-01), Heft 1, S. 88-123
Veröffentlichung: 2023
Medientyp: academicJournal
ISSN: 0049-8661 (print)
DOI: 10.1515/zrp-2023-0004
Schlagwort:
  • discourse traditionality
  • economic press
  • eighteenth-century
  • español moderno
  • historia del discurso periodístico
  • history of journalistic discourse
  • modern Spanish
  • morphosyntactic variation
  • prensa económica
  • proto-journalistic texts
  • siglo XVIII
  • textos protoperiodísticos
  • tradicionalidad discursiva
  • variación morfosintáctica Language of Keywords: Spanish
Sonstiges:
  • Nachgewiesen in: DACH Information
  • Sprachen: Spanish
  • Language: Spanish
  • Document Type: Article
  • Author Affiliations: 1 = Universidad de Sevilla, Dpto. de Lengua española, Lingüística y Teoría de la Literatura, C/Palos de la Frontera s/n, E-41004 Sevilla, Spain ; 2 = Universidad de Sevilla, Dpto. de Filología Francesa, C/Palos de la Frontera s/n, E-41004 Sevilla, Spain
  • Full Text Word Count: 16776

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